No sé si a vosotros os ocurre, pero a mi me resulta muy molesto cuando un tema GTK deja el fondo de las ventanas (en el explorador de archivos, por ejemplo) completamente en blanco. Acostumbrado al tono predominantemente gris del terminal, el cambio entre ventanas se hace realmente molesto para la vista. Pensaréis que la opción fácil es buscar un GTK de tonos oscuros, pero tampoco me resultan cómodos para trabajar muchas horas. Para mi la solución ideal es mantener el GTK tal cual (resaltado, menús, etc) y cambiar la única parte que no me convence, el fondo.
Para eso, basta con acceder al gtkrc del tema en concreto (si el tema da soporte a gtk2 y gtk3 tenéis que cambiarlo dentro de ambas carpetas) y buscar la línea:
gtk-color-scheme: "base_color:#ffffff"
(…)
Una vez localizada, cambiad el blanco por el color que más cómodo os resulte:
¡Y listo!
(¡Mil gracias a Judith por el soplo!)